Historia de las ciencias naturales en Tabasco, México.

Si buscas hosting web, dominios web, correos empresariales o crear páginas web gratis, ingresa a PaginaMX
Por otro lado, si buscas crear códigos qr online ingresa al Creador de Códigos QR más potente que existe


 

 

José N. Rovirosa

 

 

     José N. Rovirosa es la figura principal de la ciencia en Tabasco, y su nombre se ha aplicado a numerosas escuelas, calles, parques, institutos, etc. Sin embargo, pocos tabasqueños conocen en detalle su obra y su vida, por lo cual merecen estos aspectos una mayor difusión.

     José Narciso Rovirosa Andrade nació en la hacienda Acumba, del municipio de Macuspana, Tabasco, el 9 de abril de 1849, en el seno de una familia local cuyos padres eran don Manuel Rovirosa  y doña Dolores Andrade. Desde muy pequeño, José Narciso dió muestras de curiosidad ante los fenómenos naturales y fue un aficionado temprano a la vida animal y vegetal, habiendo también destacado en las faenas agrícolas y en la carpintería. En el año 1865 se traslada a la ciudad de Campeche para estudiar la carrera de Ingeniero Agrimensor en el prestigiado Instituto Campechano, dirigido por el ilustre abogado, político y escritor, don Tomás Aznar Barbachano. Con la ayuda de este personaje y de don J. Ignacio Rivas, así como de otros profesores de esa institución, el joven José Narciso se preparó en diversas disciplinas científicas y humanísticas que más tarde habría de desarrollar en beneficio de su tierra natal.

     Cuando egresa del Instituto Campechano, en 1871, regresa a su municipio natal donde dá inicio a una serie de mediciones topográficas y meteorológicas que incorpora en una monografía dedicada a ese territorio, pero que permaneció inédita hasta que el polígrafo Francisco J. Santamaría la publica en su Bibliografía General de Tabasco, en 1926. Poco después se va a radicar a la villa de Ixtacomitán, Chiapas, donde funda una escuela a la que denomina Instituto Ixtacomiteco, el cual pronto adquiere tal prestigio regional, que varias de las familias de ciudades aledañas envían a sus hijos a estudiar allí. En 1884 la Secretaría de Fomento de la República Mexicana gira a todos los municipios del país un cuestionario que tiene por objetivo recopilar la mayor cantidad de información posible acerca de las condiciones físicas, naturales y antrópicas locales, con miras a construir una obra magna sobre la geografía médica de México. Al llegar este cuestionario a Ixtacomitán, el presidente municipal de ese lugar pide a Rovirosa su apoyo y éste realiza un erudito trabajo que ese mismo año es publicado en la ciudad de México por la citada Secretaría de Fomento. Esto motiva a Rovirosa a trasladarse a la capital del país en 1885, donde pronto se pone en contacto con los más renombrados científicos nacionales, como Manuel M. Villada, José Ramírez, Carlos Pacheco, Mariano Bárcena, Alfonso L. Herrera, José C. Aguilera, Manuel Urbina, Jesús Sánchez, Fernando Altamirano, Alberto Correa, y varios más.

     Durante su estancia en la ciudad de México imparte clases en la escuela primaria anexa a la Normal de Profesores, a la vez que publica varios trabajos en prestigiadas revistas y periódicos nacionales, como son La Naturaleza (periódico de la Sociedad Mexicana de Historia Natural), el Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, el Boletín de la Secretaría de Fomento, El Economista Mexicano, etc.

     En 1887 regresa a Tabasco, donde poco después comienza a impartir clases de Dibujo Lineal, y de Botánica y Zoología, en el recién creado Instituto Juárez de la ciudad de San Juan Bautista (hoy Villahermosa).  Años después, continuando su trabajo como colector y estudioso de las plantas de Tabasco y Chiapas, también emprende una carrera política que le lleva a ser presidente municipal del Centro y diputado local, todo ello desde una perspectiva de honestidad y cabalidad que ya era reconocida a nivel internacional, pues su prestigio era refrendado por científicos como Charles Günther, Alfredo Dugés, Nicolás León, John S. Redfield, Henry A. Pilsbry, John Donnell Smith, Thomas Meehan, y otros más.

     Sin embargo, en su propia tierra natal, el entonces gobernador de Tabasco, Abraham Bandala Patiño, veracruzano que había gobernado varias veces bajo la protección de su compadre, el entonces presidente de la república, general Porfirio Díaz, monta una serie de intrigas como resultado del temor que tenía de ser desplazado por ese culto tabasqueño reconocido internacionalmente. Hay testimonio de las cartas de Bandala a Porfirio Díaz y al Secretario de Fomento donde acusa a Rovirosa de estarse promocionando como candidato a gobernador y pide la intervención del poder federal para detener las intenciones del naturalista. Rovirosa no vería los resultados de esa intriga, pues al poco tiempo fallece en la ciudad de México cuando había ido a imprimir su obra cumbre: la Pteridografía del Sur de México. Una fría noche del 23 de diciembre de 1901 el más grande científico que ha dado Tabasco cerraba para siempre los ojos, tan sólo contando con 52 años de edad.

 

 

© 2024 Historia de las ciencias naturales en Tabasco, México.

32950