REAL EXPEDICIÓN DE LA VACUNA

     Uno de los principales factores que dieron el triunfo a los conquistadores hispanos en América fueron las enfermedades contagiosas que los invasores dispersaron por el territorio conquistado. Una de las más funestas de esas enfermedades fue la viruela, que diezmó a millones de indígenas que cayeron víctimas de ese padecimiento viral.

     Con el despoblamiento que esa enfermedad produjo en el nuevo territorio de la Nueva España, los conquistadores vieron afectados sus intereses económicos al no tener suficiente mano de obra para la explotación de los recursos naturales, especialmente en el sistema denominado de encomiendas.

     En parte por razones económicas y en parte por motivos humanitarios, hacia 1803 el rey Carlos IV autorizó y financió una expedición a América, cuya finalidad fue aplicar al mayor número de habitantes el remedio que había sido propuesto por Edward Jenner en 1798, consistente en la inoculación en el brazo de los individuos de una pequeña parte de pus obtenida de las pústulas que se formaban en las manos de personas que se contagiaban de una forma de viruela benigna.

     Aunque este remedio era conocido desde muchas décadas atrás, principalmente entre los turcos, no fue hasta la publicación de los resultados de Jenner, en el citado año, que la vacunación se popularizó en España, de manera que se idea extender dicho tratamiento preventivo en los territorios de ultramar. Para ello se elige como director de la expedición al médico Francisco Xavier de Balmis, quien ya había radicado antes en México y cuya reputación estaba bien cimentada en España. Después de una serie de preparativos, que incluye la selección de 22 niños huérfanos a los cuales se llevaría en el largo viaje como sujetos de mantenimiento del cultivo de la pus preventiva, se emprende la salida del Puerto de La Coruña, el 30 de noviembre de 1803.

Francisco Xavier de Balmis, director de la Real Expedición de la Vacuna

     Aunque la expedición, que viajaba en un sólo barco, se dirige a Sudamérica, después de haber pasado por las islas Canarias y algunas islas del Caribe, al poco tiempo de hacer extensas inoculaciones en Venezuela, se divide en dos partes, una de las cuales se dirige hacia Centroamérica y la Nueva España.

     El territorio de Tabasco es recorrido por una parte de la expedición que queda al mando de Francisco Pastor Balmis, sobrino del director, hijo de su hermana Micaela. A la capital del estado, Villahermosa, llegan el 20 de julio de 1804, para después continuar a través de los ríos principales y por las selváticas zonas montañosas de Chiapas y Guatemala.

BIBLIOGRAFÍA

BALAGUER PERIGÜELL, EMILIO y ROSA BALLESTER AÑON, 2003. En el nombre de los niños. Real Expedición Filantrópica de la Vacuna. 1803-1806. Monografías de la Asociación Española de Pediatría.

http://www.aeped.es/documentos/en-nombre-los-ninos-real-expedicion-filantropica-vacuna-1803-180